La Búsqueda de la Intimidad
por Richard Purnell
El Dr. Henry Brandt, en la revista Collegiate
Challenge, dijo que hay un síndrome, una tendencia de las personas que lo
consultan. Dicen: "Al principio el sexo era excitante, luego empecé a sentirme
extraño, luego también mi pareja. Discutimos, peleamos y nos separamos. Ahora
somos enemigos."
Este síndrome es a lo que llamo síndrome de
la mañana al despertar. Nos despertamos y nos damos cuenta de que la intimidad
no está realmente ahí. La relación sexual ya no nos satisface, y lo que tenemos
al final, nos damos cuenta que no es lo que realmente queríamos al principio.
Todo lo que tenemos son dos personas egocéntricas buscando su propia
satisfacción. Los elementos del amor genuino e intimidad no se obtienen
"instantáneamente," y uno se encuentra en un estado desbalanceado
buscando armonía.
Cada uno de nosotros tenemos cinco partes
importantes en nuestras vidas: la física, la emocional, la mental, la social y
la espiritual. Todas estas partes están diseñadas para trabajar juntas en
armonía. En la búsqueda de la intimidad queremos la solución "hoy" o
"ayer." Uno de nuestros problemas es que queremos satisfacción al
"instante." Cuando la necesidad de intimidad en una relación no es
satisfecha, buscamos una solución "instantánea." ¿Dónde buscamos? ¿En
lo físico, mental, social, emocional o espiritual? Es en lo físico. Es más
fácil intimar físicamente con alguien, que intimar en alguna de las otras
cuatro áreas. Puedes intimar con alguien del sexo opuesto en una hora o media
hora -¡dependiendo de la urgencia! Pero pronto descubres que el sexo es sólo un
alivio temporal para un deseo superficial. Hay una necesidad mucho más profunda
que no ha sido satisfecha.
¿Qué haces cuando la emoción se va y entre
más sexo tienes, menos lo disfrutas? Razonamos diciendo: "Estamos
enamorados... no, estamos realmente enamorados." Pero nos encontramos con
un sentimiento de culpa e insatisfacción. En las universidades de toda América
podemos ver a hombres y mujeres buscando intimidad, van de una relación a otra
esperando: "Esta vez si será," "Esta vez si voy a encontrar una
relación para siempre."
Estoy seguro que lo que realmente queremos no
es sexo, lo que realmente queremos es intimidad.
¿Qué es la intimidad?

Marshall Hodge escribió un libro llamado
Nuestro miedo de Amar, en el que dice: "Nosotros añoramos por momentos de
expresiones de amor, cercanía y ternura, pero frecuentemente en el punto
crítico, nos retractamos, temiendo a la cercanía, temiendo al amor."
También en este libro Hodge estipula: "Entre más nos acercamos a alguien,
más grande es potencialmente el dolor." Es el temor al dolor lo que
frecuentemente nos aleja de la búsqueda de la verdadera intimidad.
Estuve dictando unas conferencias en la
Universidad del Sur de Illinois. Después de una de estas reuniones, una mujer
se me acercó y dijo: "Quiero hablarle de los problemas que tengo con mi
novio." Nos sentamos y comenzó a hablar de sus problemas. Después de un
rato declaró: "Estoy tomando medidas para no volver a ser lastimada
nuevamente," yo le contesté: "En otras palabras, estás tomando
medidas para no volver a amar," pensó que la estaba malentendiendo y
continuó: "No, no es lo que quiero decir, sólo que no quiero sufrir
nuevamente, no quiero sufrimiento en mi vida," le dije: "Correcto, no
quieres amor en tu vida." Ves, no existe un "amor sin dolor."
Entre más nos acercamos a alguien, más grande es potencialmente el dolor.
Yo estimo que tú (y casi el 100 por ciento de
la población) podrías decir que has sido lastimado anteriormente en una
relación. La cuestión es ¿cómo debes manejar ese sufrimiento? Para camuflagear
el dolor, muchos de nosotros vamos dando lo que yo llamo la "doble
señal." Decimos a las personas: "Mira, te quiero más cerca de mí.
Quiero amar y ser amado... pero espera un momento, he sido lastimado antes, no
quisiera hablar del tema, no quisiera oír de ésas cosas." Construimos
barreras alrededor de nuestros corazones para protegernos de cualquiera de
afuera que pudiera dañarnos, pero esa misma barrera que mantiene alejada a la
gente, nos tiene aislados. ¿El resultado? Llega la soledad, la verdadera
intimidad y el amor se hacen imposibles.
¿Qué es el amor?
El amor es más que emociones y es mucho más
que una buena sensación. Pero nuestra sociedad ha cambiado lo que Dios dijo
sobre el amor, el sexo e intimidad por simples emociones y sensaciones. Dios
describe el amor detalladamente en la Biblia, especialmente en el Primer Libro
de Los Corintios, Capítulo 13. Para que puedas entender el verdadero sentido de
la definición de Dios sobre el amor, déjame presentarte los versos 4 al 7 (1
Corintios 13:4-7) de esta manera: ¿Qué tanto se satisfacerían tus necesidades
si una persona te hubiera amado como dice Dios deberíamos ser amados?
- ¿Si esta persona te respondió con paciencia, amabilidad y sin haberte tenido envidias?
- ¿Si esa persona no fue jactanciosa u orgullosa?
- ¿Qué tal si esta persona no fue grosera, egoísta o de mal carácter?
- ¿Y si esta persona no guardó una lista de tus errores?
- ¿Qué tal si se rehusó a serte infiel y se ganó tu confianza?
- ¿Y si esta persona te protegió, confió en ti siempre, esperó lo mejor para ti y perseveró a pesar de los conflictos?
Así es como define Dios al amor que Él quiere
que nosotros experimentemos en las relaciones. Te darás cuenta que este tipo de
amor está enfocado a "la otra persona." Es dar en lugar de recibir y
ése es el problema. ¿Quién puede lograr esto?
Para que experimentemos este tipo de amor en
las relaciones, necesitamos primero experimentar el amor de Dios. No podrás
demostrar consistentemente este tipo de amor a alguien si nunca has
experimentado el ser amado de esta forma. Dios que te conoce, conoce todo de
ti, te ama de una manera perfecta.
Dios nos dijo a través de su antiguo profeta
Jeremías: "Con amor eterno te he amado, por eso te he atraído con
misericordia" (Jeremías 31:3). Por lo tanto el amor de Dios nunca va a
cambiar.
Dios nos ama tanto que Él permitió que
Jesucristo fuera crucificado (una antigua forma de ejecución) por nuestros
pecados para que pudiéramos estar limpios. Leemos en la Biblia: "Por que
de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su hijo unigénito para que todo
aquel que cree en Él no se pierda, más tenga vida eterna" (Juan 3:16).
Cuando volteamos a Dios y aceptamos Su perdón, empezamos a experimentar Su
amor.
Dios nos dice: "Si
confesamos nuestros pecados Él es fiel y justo para perdonar los pecados y para
limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9). No sólo Dios perdona nuestros
pecados, Él nos perdona y nos limpia.
Dios nos ama continuamente sin importar lo
que pase. Frecuentemente las relaciones terminan cuando algo en ellas las
altera, por ejemplo un dramático accidente o la pérdida de la posición
financiera. Pero el amor de Dios no se basa en nuestra apariencia física o que
o quienes somos.
Como puedes ver, la perspectiva del amor de
Dios es totalmente diferente de lo que la sociedad nos dice de Él. ¿Puedes
imaginar una relación con éste tipo de amor? Dios nos dice simplemente que Su
amor y perdón es nuestro con sólo pedirlo. Es Su regalo para nosotros. Pero si
no aceptamos el regalo nos estamos negando el encontrar la verdadera
satisfacción, la verdadera intimidad y el verdadero propósito para la vida.
La Respuesta
El amor de Dios nos provee la respuesta. La
única cosa que tenemos que hacer es responder con fe y compromiso. La Biblia
dice de Jesús: "Pero a todos los que le recibieron les dio el derecho de
llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre" (Juan
1:12). Dios mandó a su hijo unigénito, Jesús, para morir en nuestro lugar. Pero
aquí no termina la historia, después de tres días, Jesús resucitó, como Él es
Dios, Él vive hoy y quiere poner Su amor en tu corazón. Cuando lo aceptes, te
asombrarás de lo que Él puede hacer en tú vida y en tus relaciones.
La palabra de Dios dice: "El que cree en
el hijo (Jesucristo) tiene vida eterna, pero el que no obedece al hijo no verá
la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre el él" (Juan 3:36). Dios
quiere que nosotros tengamos vida, no sólo hoy, sino para toda la eternidad. Si
escogemos rechazarlo, hemos escogido las consecuencias del pecado, que es la
muerte y la separación eterna de Él.

Intimidad Satisfactoria
A través de la Biblia, la actitud de Dios
sobre el sexo es muy clara. Dios ha reservado el sexo para el matrimonio y sólo
para el matrimonio. No porque Él quiera que seamos miserables, sino porque
quiere proteger nuestros corazones. Quiere construir una base segura para
nosotros, para que cuando nos casemos, la intimidad se pueda basar en la
seguridad del amor y sabiduría de Dios.
Cuando confiamos en Jesucristo, Él nos da un
nuevo amor y un nuevo poder día tras día. Aquí es donde la intimidad que
estamos buscando te satisface. Dios nos da amor irrenunciable, sin parar a
través de los años y de los tiempos cambiantes. Su amor puede unir a dos
personas estando Él en el centro de esa unión. En una relación de noviazgo, al
crecer juntos, no sólo espiritual, social, mental y emocionalmente, puedes
tener una relación honesta, cariñosa e íntima es satisfactoria y ¡excitante! Y
cuando la relación culmina en matrimonio, la unión sexual sólo realza la base
en que ha sido construida.
Tú puedes recibir a Cristo ahora mismo por fe
a través de la oración. Orar es hablar con Dios. Dios conoce tu corazón. La
siguiente es una sugerencia de una oración: "Señor Jesucristo, te
necesito. Gracias por morir en la cruz por mis pecados. Te abro la puerta de mi
vida y Te recibo como mi Salvador y Señor. Gracias por perdonar mis pecados y
darme vida eterna. Toma el control de mi vida y hazme la persona que Tú quieres
que sea."
¿Expresa esta oración el deseo de tu corazón?
Si lo expresa, haz esta oración ahora mismo. Pon tu fe en Cristo y resultará
que Él entrará en tu vida como Él lo prometió. Con esto empezará una relación
de por vida con Él, que crecerá y será más íntima entre más lo conozcas mejor.
Y con Él en el centro de tu vida tomará toda una nueva dimensión -- la
espiritual -- con más armonía y gozo en todas nuestras relaciones.
Extraido de: cadaestudiante.com